sábado, 8 de octubre de 2022

Podría ser tu caos

Me ha venido a la cabeza una canción. 

Ismael Serrano.

Me apetece escuchar música. Añadirle a cielo estrellado alguna banda sonora.

Si se callase el ruido oirías la lluvia caer, limpiando la ciudad de espectros te oiría hablar en sueños…

Es curioso, pero poca gente se quedará sentada escuchándose. Nos dedicamos a estudiar; trabajar; cumplir rutinas; y lo hacemos siempre en compañía.

Escuchando el silencio, pienso en todo esto. Estoy seguro de que muchas personas están dudando de la eficacia de reflexionar el silencio durante unos minutos; de dedicarte ese tiempo a ti; olvidarte del mundo por un instante.

Pero, en todo caso, siguen mis ganas de escuchar música. Probablemente ahora escucharía alguna cantada por Eva Amaral, voz celestial donde las haya.

Y sigo con mi pensamiento… ¿Por qué no nos dedicamos más tiempo a nosotros mismos? Nos pasamos la vida intentando conocer a las personas que se cruzan en nuestro camino, pero no nos concebimos a nosotros mismos como una de ellas.

Solo en esos momentos podrás conocerte a ti mismo. Apuesto a que nadie te podría conocer mejor que tú, y es una afirmación que puede parecer lógica, pero sin embargo, no dedicas tu tiempo a conocerte, y estoy seguro de que no te conoces.

Es aquí cuando hablo de mí. No me conozco, para nada.

Eckhart Tolle apoyaría mi teoría… no se basaría tanto en los pensamientos, sino en las sensaciones (o sentimientos) en sí de cada uno, pero estoy seguro de que estaría orgulloso de su lector.

Antes de irme, pedir disculpas a mis futuros lectores por el orden desordenado de mi texto; escribir sin planear no es difícil… pero es un caos. Nuestro caos.

Hora de abrir los ojos, que empieza a helar y quiero dormir.

Buenas y reveladoras noches.


Elefantes - Al olvido

Fuente: YouTube                                                                           WMG

domingo, 9 de mayo de 2021

Muere siendo tú.

Vive siendo tú.

En la vida te encontrarás momentos en los que dudas de tí. Cuestionas, entre otras cosas, si serás capaz de adaptarte al mundo, formar parte de él. Encontrar a gente que te entienda, acepte, y esté contigo de una forma incondicional y desinteresada. 

Y mientras vives en esta constante duda, el tiempo pasa, y apacigua la desesperanza que llevas adentro. Levemente, pero se nota. Y es ahí, cuando crees encontrarla. Aparecen atisbos de esperanza, y crees que se esa inseguridad se difuminará. Quién lo iba a decir!

En ese justo momento, cuando la tortuga saca la cabecita, llega la vida y te golpea duro. Te llevas la caída, el hostión que tu inseguridad esperaba. El que, en el fondo, deseaba, para alimentarse de aún más inseguridad. 

Recibes el golpe, y la duda que parecía desaparecer, se vuelve fuego. Lava. Hierve, y desgasta aún más que antes. Y esta caída, solo sirve para comprobar que tienes que volver a esconderte, en un rincon aún más profundo, en aquella duda que no te dejaba vivir.

Y es, cuando te das cuenta de que la vida funciona así. Succesivamente. No te esperes que cambie la espiral, nunca lo hará.

Dejar de evitar los golpes, es completamente inútil. Pero, desde la inmunidad más absoluta que puedo llegar a alcanzar, te admito que estoy orgulloso de recibir esos malditos golpes. Me  niego a ser algo transcendente. Me niego a engañarme a mí mismo. Y, en el fondo, me niego a engañarte a tí. 

Porque el golpe es fuerte. Mañana, probablemente, recibiré uno peor. Pero, si de algo estoy seguro, es de que moriré siendo yo. A golpes, si hace falta.

Nunca te arrepientas de ser tú. Serlo, es el "te quiero" más sincero que te llevarás jamás. Y quererte es tu trabajo. No esperes a que nadie lo haga por tí. 

Muere siendo tú.