jueves, 2 de mayo de 2013

Nunca es muchísimo tiempo

¿Donde estoy? ¿Estoy soñando? A ver... Lo veo todo negro! ¡Maaamá! A ver... caminaré un poquito a ver. ¡Mira! Ahí arriba dice que ''Nunca es muchísimo tiempo...'' pues es cierto, la verdad. Es cierto, porque nunca es nunca. Y nunca, de equis a más infinito. Y infinito es mucho.

Aquí dentro está muy oscuro... aunque tiene cierto parecido a la oscuridad cálida de mi casa. ¡Que alguien encienda la luz! Dios... me hace recordar a aquella vez que soñé que estaba en la Nada. Y la Nada era pequeñita... y me absorbía y yo gritaba. ¡Nooooooooooo!. No sé porque lo hacía, porque no tenía miedo. Al mismo tiempo pensaba, coño, estoy soñando en la Nada... no tengo porqué asustarme de nada. Nada de nada. Aquel día desperté cuando quise. No me gustaba aquella sensación de soledad ante la inmensidad de la Nada. Me sentía perdido y caía hacia no sé donde. Supongo que hacia la Nada. 


En realidad, del sueño recuerdo que no estaba asustado. Imaginad, me caía y no tenía miedo. No me sentía asustado, supongo que era la seguridad de estar en ningún sitio. Era pequeñita, y al mismo tiempo grande. Curiosa, cuánto menos... ¿Pero como llegué a ese sueño? ¿Porque dentro de la inconsciencia del sueño podía razonar? Y lo más importante de todo: ¿ Porque no estaba asustado dentro del sueño? Cuántas preguntas, para tan pocas respuestas. El no sé predomina como respuesta más repetida. Eso sí, algo sí que sé, creo. Hasta dormido e inconsciente, era consciente, y dentro de esa consciencia podía razonar que era un sueño, y que no tenía que sufrir. De hecho, tenía completamente aplicado el cuento, porque no sufrí absolutamente nada durante el transcurso del sueño. Creo que disfruté la Nada, porque recuerdo que yo mismo me decía: ''¿Coño, donde estoy? Vale, estoy soñando, y suelo soñar en cosas que me absorben. Será la nada. Ostia, me absorbe... adonde voy?

Me pregunté: ¿tiene sentido esto? ¿Tiene sentido despertarse y tener que sufrir? ¿Para eso vivimos? Ojala todo fuera como un sueño, mamá. O como la Nada, que no recuerdo exactamente como era, pero que más da? Al menos no sufría. Con eso me bastaba. Vivir sin tener que forzar a tu mente a quitarte el miedo. El miedo, que a veces viene y se instala en tí como si nada. Y sin motivo... ¡puto miedo!

Bien, creo que me voy. Supongo que no habréis entendido nada. En todo caso, si se entendiese todo lo que escribo, no le vería sentido a escribir. Y si, por casualidad, habéis sacado algo de mis ''delirios'', me alegro muchísimo, porque algunas cosas se pueden extrapolar al mundo. Por cierto, agradezco a Dianna Tilman por prestarme su oscuridad. Es muy reconfortante, y me he sentido muy cómodo. ¿Ves? Ratitos así me hacen olvidar la comodidad de la Nada.

Ms Tilman, gracias por tu generosidad.

LaTortugaDeMN

No hay comentarios:

Publicar un comentario